Santa Marta de Tormes cuenta con unos vecinos muy especiales que no pasan desapercibidos. El Ayuntamiento ha implantado el proyecto “LOS BICHOS DEL SOTO”, una original iniciativa que traerá a la localidad hasta ocho esculturas de insectos de grandes dimensiones que habitarán junto a vecinos y visitantes. Actualmente pueden visitarse dos de las esculturas de la ruta que precederán a otras seis en próximas actuaciones.
Caminando por la Isla del Soto, un espacio natural ubicado junto al casco urbano de Santa Marta de Tormes, te encontrarás con un libélula ‘gigante’ alzando el vuelo en la fachada del Centro del Interpretación. Una llamativa escultura, de color azul, que no pasa desapercibida. Después acércate a la Plaza Mayor, por la pasarela que une la Isla del Soto con el centro del municipio, donde te sorprenderá un mosquito de más de tres metros de largo y dos de alto, que vigila día a noche a vecinos y visitantes.
La ruta ‘LOS BICHOS DEL TORMES’ está enmarcada en el proyecto de Arte Emboscado que el Ayuntamiento comenzó a desarrollar hace unos años en la Isla del Soto y su entorno y que ahora se extiende hasta las calles y plazas de Santa Marta.
En esta nueva fase, las esculturas de insectos no solo se convierten en obras de arte por derecho propio, sino que también se integran perfectamente en el tejido urbano del municipio. Inspiradas en las criaturas que habitan la Isla del Soto, estas esculturas nacen en este ecosistema escapándose de su hábitat natural para explorar las calles de Santa Marta.
VOLÚMENES SUAVES Y COLORIDOS
Ambas esculturas tienen unas dimensiones de tres metros de largo por dos metros de alto y están realizadas en fibra de vidrio. Para atraer las miradas de los más pequeños se han utilizado formas geométricas simples en su diseño, volúmenes suaves, coloridos y de carácter afable, creando una imagen mágica, lúdica y accesible para el público infantil.